Tres días, tres han sido de la
fiesta del queso en San Sebastián.
Resumir el trabajo de tantos
meses en un artículo es imposible, solamente el intento de hacerlo da vértigo.
Vamos a intentarlo.
Seguramente el titular ha sido (y
es) que un queso azul noruego ha sido elegido como el mejor del mundo en el World Cheese Awards 2016
También todos han contado que es
una pequeña quesería llamada Hanen del
centro del país (Tingvoll), que cuando vio su nombre en la pantalla gritó y
saltó. De las manos de los 16 jueces supremos comenzaron a salir los 5 (máxima
puntuación) y los cuatro sumando la cifra mágica de 71 puntos de un máximo
posible de 75.
Había superado a los Cremositos del Zújar español que hasta ese
momento estaba en primera posición.
Un queso azul noruego de leche de
vaca pasteurizada, con un peso aproximado de 800 gramos y una curación de doce
meses. La primera duda que me asaltó era que si con 800 gramos y esa curación el queso
no estaría demasiado seco.
Pude hablar con varios de los jueces supremos que
estuvieron en la cata final, como Carlos Yescas, Victoria Urresti , Ruth Lozano
o Bruno Cabral, y absolutamente todos me confirmaron que el queso era
“mantequilla pura” con una cremosidad exquisita.
Confieso que me emocioné
cuando Gunna subió al estrado y, entre sollozos y gritos de alegría, contó que
lo único que hacía era “levantarse muy pronto para hacer queso”. Y ya que
estoy, también confieso que alguna lágrima se me escapó, como a la mayoría de
los presentes. Sin duda, esta imagen ha sido la portada de toda la prensa y
quedará en nuestra retina.
Sin embargo, hoy voy a contar
que, hasta llegar a ese momento, ha habido un trabajo enorme por parte de mucha
gente, comenzando por Artzai Gazta quienes lograron imponerse a otras ciudades
y celebrarlo en Donosti. También han logrado, junto a la organización World
Cheese, traer a 3.061 quesos de los seis continentes y convocar a 266 jueces de
todo el mundo.
Impresionan las cifras y sobretodo la cantidad de records que se
han conseguido. Enhorabuena por el excelente trabajo.
A parte del concurso en sí se ha
celebrado el International Festival Cheese durante tres días en los que los
quesos españoles han estado presentes, el I Foro Internacional de pastores,
diversas ponencias y charlas donde hemos podido aprender por ejemplo de los
quesos brasileños y mexicanos.
De igual manera hemos podido
experimentar con Subijana y sus creaciones o con José Ferrer con Vinos de Jerez
y Quesos de Leche Cruda. La oferta era inmensa para todo aquel que quisiera
adentrarse aún más en el mundo del queso.
Personalmente, como jueza
catadora internacional, la experiencia ha sido de las más gratificantes que he
tenido en cuanto al mundo del queso. No hablo sólo de la experiencia de la cata
en si misma -aunque es cierto que la visión de una sala con 3.061 quesos
impresiona-, el mero hecho de conocer y poder conversar con grandes y admirados
profesionales del mundo del queso ya es para sentirse afortunada.
Absolutamente toda decisión era
por consenso y en nuestro equipo de 4 jueces no tuvimos problemas tras catar
cada queso, en ningún momento necesitamos a uno de los árbitros para que mediara.
Una de las premisas en estas catas es ir con mente abierta y disfrutar de la
misma, y 46 quesos dan para mucho.
En la mesa número 32, en la que
yo estaba, hubo muchos quesos regulares y tres fantásticos de los que pudimos
disfrutar y deleitarnos De ahí salió nuestro Super Gold, un queso canario al
pimentón que llegó a la gran final.
Un gran papel para los quesos
españoles que han quedado en segundo lugar (los ya mencionados Cremositos de
Zújar empatados con un queso de Mahón, Cala Blanc) y el tercer puesto por parte
de El Bosqueño, un queso de oveja grazalemeña junto a un Gorgonzola dolce.
Una extraordinaria representación
de nuestra marca “quesera” española que ha dejado el pabellón muy alto y que
estoy segura que el año que viene seguirá subiendo tanto en participación como
en calidad.
Ahora toca disfrutar de las
medallas conseguidas y seguir trabajando .Enhorabuena a todos!