Casa Gades es uno de esos lugares
con historia. Abierto en los años 70 por Antonio Gades y Marisol ha sido lugar
de referencia donde, al acabar las funciones de los teatros cercanos, el
público y los propios actores se acercaban para cenar y tomar algo.
Cierto es que ya había pasado su
época de gloria hacía tiempo. Es por ello que cuando lo visité hace un año Ana
Blanco, que llevaba con él ya dieciocho años, me comentó que iba a hacerle unos
arreglos e incorporaba como chef a Roberto González me alegré mucho. El local
merecía la pena.
Tras su cambio radical (que no
lavado de cara), he vuelto varias veces y he visto la increíble progresión de
Roberto en la cocina. Hoy Ana ya no le acompaña en el camino.
Roberto, zamorano de pro, no es
nuevo en esto y se ha movido en cocinas tan complicadas como DiverXo entre otros
restaurantes estrellas Michelin, .Tiene clara su filosofía: Sabor y sabor.
El renovado establecimiento está
repleto de luz gracias a los espejos y la iluminación, tanto interior como
exterior. Espacios amplios que juegan con blancos y negros dando un toque
parisino a ambas plantas.
De su carta, no muy extensa, pero
con grandes creaciones, destaco algunos platos que son ya imprescindibles para
mí.
En primer lugar y para compartir,
un Mi-Cuit con té negro, chutney de mango y jalapeños. Una bomba que explota en
boca divertido y redondo que sorprenderá a todos.
Una gran sorpresa sin duda es el
bacalao con guiso de careta y oreja con encurtidos. Un plato conocido en el
mundo gastronómico como “tierra y mar”. Destaca la calidad y el punto de
elaboración del mismo; extraordinario.
El toque de oreja aporta textura, rompe
con la suavidad del bacalao y le da un punto muy original y resultón.
Otra de las maravillas de Roberto
son los caldos que acompañan, resultado de muchas horas “chup chup” y de buen
producto.
En esta visita el chef nos descubrió
uno de platos que irán en su nueva carta: lenguado con salsa de ibéricos y
tirabeques. Si me tengo que quedar con algún plato del menú es sin duda este (¿por
qué quedarme con sólo uno si puede tenerlos todos?).
Excelente en boca, meloso,
divertido con su espina frita… ¡Todo un acierto, excepcional!
Por último, el plato fuerte del
menú: Ciervo con rebozuelos y ras el hanout. Sobresale de nuevo el punto de la carne
y su sabor que, prácticamente, se deshace en la boca. Si eres amante de la caza
este plato te cautivará; es comerte el otoño en un bocado.
Su carta de vinos es muy acertada
con referencias muy atrevidas y precios ajustados. En este menú acompañó a la
perfección un Petit Bourgeois, un Sauvignon Blanc del 2014 que aguantó
perfectamente todos los envites.
Antes de ponerme con el postre os
dejo otra apuesta personal: Lubina al humo de sarmiento con berberecho y leche
de tigre. Un imprescindible de su carta.
Para rematar no puedes dejar de
pedir su postre “Delirio de Chocolate”, es la excusa perfecta para regresa de nuevo.
Hoy Roberto, una vez hecho ya el rodaje,
está contento, disfruta con su cocina y con el nuevo espacio. Yo le auguro
muchos éxitos y estoy completamente segura de que en breve habrá que esperar
para conseguir una mesa libre en su restaurante.
Casa Gades dispone de un menú
diario de 15 € y medio menú por 10 € que cambia semanalmente. En su barra se
puede picotear y muy pronto añadirá también una pequeña tabla de quesos.
Casa Gades
C/Duque de Xiquena 4- Madrid
Tf: 915 31 26 37
Ticket medio: 40 €