Sé que este año no me he portado
todo lo bien que debiera, pero aun así me atrevo a escribiros, como cada año y
en el último minuto, para pediros que aliviéis algunas de mis cuitas
manducarias.
Os pido en suma y encarecidamente que los
restaurantes dejen de ofrecerme solícitos y cargantes el pastoso y repetitivo
tartar de atún rojo y las necias ensaladas de quinoa; que dejen de adornar los
platos con brotes varios y al buen tuntún; que se abstengan de hacer dibujitos
infantiloides con el insufrible aceto balsámico de Módena; que eviten la
presencia de algas en recetas donde nadie las ha llamado ni debía de
esperárselas; y que retiren de mi vista el all i oli preparado con grasas de
semillas y no sabe/no contesta.
Sé qué es mucho pedir, pero viniendo de donde
venís, el reino de Tartessos, como argumentó con todo peso teológico el Papa
emérito Benedicto XVI, lo que ahora vienen a ser las provincias de Sevilla,
Cádiz y Huelva, capital gastronómica española 2017 esta última, entenderéis mi
zozobrante infortunio y seréis condescendientes con mis súplicas.
Con todo respeto y poniéndome a los pies de
vuestras dromedarias, es gracia que espero alcanzar del siempre recto proceder
de su majestades.
En Alcobendas sur Mer, a cinco de
enero de 2017.
No tengo ninguna duda que esta misiva
llegará a vuestras manos antes de llegar a mi casa y es por ello que os hago
llegar algunos de mis deseos gastronómicos para este año.
Me encantaría que dejaran de
poner en las cartas de los restaurantes tanto “Rabo/Cola de Toro” y se ciñeran
a una verdad verdadera: no hay tanto toro en Madrid y por lo tanto el 99% es apéndice
de vacuno. Creo que no quedaría nada mal esa palabra escrita.
También sería bueno que
eliminaran la mayoría de los “tartar de atún”. Parece ser que hoy en día no hay
restaurante que se precie que no tenga en su carta este plato
independientemente de si es cocina mediterránea, asiática, tradicional, filipina
o escandinava.
En este apartado también añado la
ensalada de queso de cabra (por favor, un poco de imaginación e iniciativa).
Tenemos muchos quesos en nuestro país para innovar ensaladas y entrantes
diversos.
Me encantan los platos fuera de carta
como por ejemplo los de Taberna Verdejo, son los que yo llamo fuera de serie pero por favor
majestades, que lo hagan como Mariam y Carmen y te digan el precio al mismo
tiempo que te los cantan. Evitemos sustos y malestar, que nos quedan muchos
restaurantes a los que ir.
Agradecería que dejen de cobrarme
el servicio de pan cuando ni lo toco ni lo como (que es casi siempre). Sé que
hay muchas personas a quienes también les molesta que se cobre el cubierto,
pero no seré yo quien os lo pida en esta carta.
Me uno a lo que dice mi camarada
Almodóvar en cuanto a los brotes (brotes por aquí, brotes por allá…siempre
brotes en todos y cada uno de los platos). No puedo con ellos cuando se usan
indiscriminadamente.
Agradezco a todos/as los chefs,
cocineros, jefes de sala, reposteros, propietarios de restaurantes… la pasión,
amor, imaginación, calidad en los productos y profesionalidad que cada día del
año nos ofrecen en sus menús y en sus cartas.
Ellos son el mejor regalo que
podemos tener en la gastronomía española y me pido poder disfrutar de sus establecimientos y creaciones durante todo el año. El primer regalo de este año ya me ha llegado anticipado: Miguel Ángel Almodóvar os ha escrito su carta a través de mi blog. Estoy feliz. Muchas gracias a los cuatro (Melchor, Gaspar, Baltasar y Miguel Ángel)
Atentamente,
Ana Belén González Pinos
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