Se cerraron las puertas de
Hospitality Innovation Planet 2017, luces apagadas y el pabellón 4 de Ifema en
silencio. Es hora de hacer balance.
Los números marean por sí solos:
-12.917 visitantes, 231 ponentes,
9.500 asistentes al HIP 4.0, 14 €millones de impacto económico en Madrid. Suma
y sigue.
Las claves de este éxito son
varias. En primer lugar, una organización impecable liderada por Eva Ballarín a
la que de paso agradezco que nos haya regalado un día más de la semana.
Comenzar un domingo no es nada fácil, el sector hotelero lo tiene más libre,
pero en hostelería es un día complicado.
A pesar de ello, fueron muchos
los que acabaron el servicio del mediodía y salieron “pitando” hacía el
Congreso.
En segundo lugar, el elenco de
ponentes que fueron desfilando por las tres salas. Si nombres de la categoría
de José Andrés y Joan Roca, entre otros
muchos, deslumbran no quiero dejar atrás
el resto de salas más pequeñas donde se “cocían“ cosas muy interesantes.
La segunda jornada estuvo
interesante y tuvo como protagonista a nuestro chef “americano” que desgranó su
filosofía y contó a la audiencia cómo incorporar la tecnología a su negocio con
anécdotas graciosas que encandilan al público.
Frases como “Hacer un cochinillo
al horno es un plato de lo más innovador y difícil que hay “o “Me da miedo
pensar que el cocinero será sustituido por un robot pero hay que adaptarse a la realidad” en relación a la polémica
creada por Bill Gates, dieron mucho juego. Eso sí, dando valor al equipo humano
“Nosotros somos la tecnología por la que hay que apostar”
El cierre, a cargo de Joan Roca,
fue la traca final de todo el espectáculo. Enamora, encandila, te atrapa desde
el primer momento. No miento ni exagero cuando afirmo que fuimos muchísimos los
que nos emocionamos con su ponencia.
Un proyecto de vida en el que te
implican. Sí, definitivamente los hermanos Roca son de otro mundo y tendremos
muchos años más de grandes sueños y enormes sorpresas.
Joan plasmó una vez más la
importancia del equipo. De ahí que los martes cierren el restaurante (con el
coste que ello implica) para sentarse y escuchar a su personal. Hablar,
reunirse, dialogar y, sobre todo, escucharlos.
Una muy buena manera para evitar
los conflictos que se generan en un entorno tan competitivo como la alta
cocina, una idea para canalizar el talento de cada uno. La innovación debe ser
humana.
“Dedicar tiempo a la formación, a
la investigación, al dialogo”
“Ir con la mente abierta por el
mundo es otra manera de innovación”
“La cuestión es no dejar de
pensar y hacer cosas nuevas”
Otra clave, y para mí quizás la
más importante, ha sido plantear este Congreso como un evento profesional, sí,
verdaderamente profesional, aunque parezca obvio. Elementos como la luz, el
mobiliario o la distribución de la zona de ponencias hacía que te sintieras
cómodo y bien recibido, generando networking y fluyendo sinergias.
Es decir, fue factible crear una red
de contactos a nivel profesional para generar nuevas oportunidades
profesionales o clientes para el negocio, por ejemplo.
Hemos salido de las frías salas
de un Palacio de Congresos, de la luz blanca aséptica de las ferias de Ifema,
sin ningún espacio para sentarse, para recalar en el espacio idóneo, en la
plataforma perfecta para el lanzamiento de nuevas propuestas, ideas, y
contactos.
Un invernadero con la temperatura
y condiciones idóneas, repleto de innovación, estrategias, formación y
soluciones específicas para cada segmento del sector.
Y añado más: no hemos echado de
menos a los visitantes que se dedican a pasear el palmito cerveza en mano y a
los “canaperos” varios. Es verdad que me podéis corregir y decir que alguno
habría, pero insisto en que apenas se notó, que, en todo caso, no visitó las ponencias,
y que el número y nivel de los visitantes profesionales los eclipsó totalmente.
Un congreso profesional para profesionales.
¿Se puede pedir más? Sí, que llegue
pronto el siguiente porque ya es un referente en España.
En definitiva, un gran éxito en
todos los sentidos y un augurio, el HIP2018 está en marcha y será aún mejor. ¡Habrá
“tortas para entrar”!
Ya me lo diréis vosotros.
Notas personales:
Mi agradecimiento
a Ana Hernández por su invitación y por brindarme la oportunidad de disfrutar
con este Congreso. Amplío agradecimiento a Teresa S. Sicilia por facilitarme la
labor.
Gracias a May Zircus por las dos
fotos de Eva Ballarín