Siendo sincera, el tema de pizzas como que me echa para
atrás. Salvo alguna vez, por obligación, con mis sobrinos no suelo comer
muchas. Es más, se pueden contar con los dedos de una mano las ocasiones en las
que lo hago.
Por esta razón, no las tenía yo conmigo a la hora de comer en
Kilómetros de Pizza. La primera sorpresa fue el local, prácticamente diáfano, abierto y lleno de luz. Largas mesas de madera con
bancos corridos que hacía muy familiar la sala.
La imagen y el diseño están muy
presentes en esta empresa. Las primeras cajas de pizza se las han encargado a
ilustradores, dibujantes y directores de arte de agencias de publicidad y
cuelgan ya de la pared de la sala.
Agustín Hidalgo nos acompañó en nuestra visita y comenzó a contar su historia. Siempre ligado a la gastronomía
dejó su trabajo en el sector inmobiliario y se dedicó a viajar con sus
socios por Italia para descubrir los
secretos de la pizza. Buscaban algo distinto, diferente, para su restaurante.
Durante un año viajaron descubriendo multitud de sabores
y sobre todo, que en cada rincón visitado de Italia (Nápoles, Roma, Florencia,
Milán, Turín, Génova…), la pizza que le preparaban era considerada como la
mejor.
Nunca imaginaron que la solución y,
sobre todo, la persona que les iba a entender lo encontrarían en Tomelloso, Ciudad
Real. Jesús Marquina, cuatro veces
campeón del mundo de pizza artesana, les
entendió desde el principio y comenzaron a
trabajar juntos.
Me explican que sus pizzas son
únicas: diseñadas y testadas por Jesús Marquina, elaboradas con harinas
exclusivas importadas de Italia y cocinadas en el horno de pizzas gourmet más
grande del mundo en este momento.
El horno ha sido fabricado en
Italia a medida expresamente por la prestigiosa marca Castelli, considerada el
RollsRoyce de los hornos de pizza. Está considerado el más grande del mundo y
se pueden cocer pizzas de hasta 2 metros de longitud. Las palas de cocción son
también especiales, fabricadas con una madera homologada para mantener el sabor
y las propiedades de la pizza en todo momento.
Ofrecen tres tipos de masa: Tonda
(es la ultra fina, crujiente, romana), Alla Pala (especial para formatos
largos, esponjosa y crujiente), Masa Al Taglio (por sus características, la
recomendada para llevar a domicilio).
Iniciamos nuestra comida con una
Burrata clásica de 5 días, menos salada
y más cremosa, que se deshacía en la boca. Aceite de albahaca, rúcula y unos cherry que verdaderamente sabían a tomate, muy
jugosos.
Nos decidimos acompañar con un
vino tinto, Pétalos del Bierzo.
La primera pizza de 4 quesos, ya
que me precedía la fama de mi adicción al queso antes de entrar: Gorgonzola, Mozzarella,
Parmesano y Provolone.
Masa muy fina con un 40 % de agua, ligera, predomina el
Provolone y el Parmesano. Equilibrada.
Agustín nos explica que la
fermentación de las masas es lenta y prolongada,
con harinas de alta absorción.
La segunda elección: la Pizza El
Greco. Un homenaje al extraordinario pintor toledano por el IV Centenario de su
muerte. Una propuesta gastronómica de autor en el que Jesús trabajó meses.
Presentación impecable de restaurante gourmet, pizza de alta cocina en una
palabra.
Contiene ingredientes de los tres
países en los que el pintor pasó su vida: de Grecia el yogur, de Italia la masa
y la Mozzarella y de España la perdiz toledana.
Se añaden otros elementos
mediterráneos como el pepino,
tomates cherry amarillos y rojos confitados,
hierbabuena que le dan ese sabor especial y característico.
Todo ello presentado en una base con la forma del famoso cuadro “El
entierro del Conde Orgaz”.Pincel incluido y unas “gorgueras” hechas con queso Cabeza de Monje
en forma de flores.
Una delicia de sabores que
emociona, una masa ligera y una explosión
en boca de todo ellos.
Destaca el pepino y la hierbabuena que le dan frescor
a todo el conjunto, equilibrio entre
dulce y salado.
Acabamos la comida con un
excelente de Tiramisú, receta secreta de la mujer de Iván, socio de Agustín que
se unió a nosotros. No pude sacarle la receta para llevármela a casa, lástima.
Un café
italiano, para terminar, Limoncello y Tequila de Chocolate Olmeca.
Una agradable sorpresa que cambió
de forma radical la concepción que tenía sobre la pizza como comida rápida y
pesada. Ninguna de las dos premisas son ciertas en "Kilómetros de Pizza". Al
contrario: elaboran unas pizzas que son arte culinario y, bajo esa
responsabilidad y compromiso, es como trabajan.
Como curiosidad, el ticket medio
por persona es de 18 €. Tienen unos 16 tipos de pizza diferente, algunas realmente
sorprendentes. Como ya soy una conversa ferviente, volveré sin ninguna duda.
(A la semana siguiente de mi
visita, me invitaron a una cata
Pizza& Vino, pero eso, ya es otra historia).
Kilómetros de Pizza
Avenida de Brasil, 6
28020 Madrid
Tlf. 91 755 72 32
www.kilometrosdepizza.com
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