Madrid, para bien o para mal, se
está convirtiendo en el centro gastronómico del país. Marca tendencia, es la
ciudad donde más restaurantes se abren (y se cierran ojo, que de esto no se
habla mucho), el rincón donde casi todo chef quiere tener su espacio.
También es un laboratorio de
nuevas cocinas e ideas, de fusiones en la cocina y de moda. Sí, porque aquí si
nos da por la ensalada de quinoa, en pocos días, la tienen todos los locales, o
el famoso tartar de atún, que, aunque no sea temporada, está en todas las
cartas.
En definitiva, Madrid te puede
encumbrar o te ayuda a pegarte un buen tortazo.
En este vaivén abre sus puertas
en la calle Velázquez 22 el Restaurante La Clave con un subtitulo: Cocina
Española. Ahí es nada.
¡Vaya desfachatez! Vaya forma de
arriesgar con nuestros platos más tradicionales. ¿A quién se le ocurriría? Pues
a Tomás Gutiérrez ,presidente de la Viña y con una experiencia profesional que
asusta en esto de la hostelería.
Una antigua carbonera es el lugar
elegido, donde se encuentra el denominado Secreto de Velázquez donde se puede picotear,
sobre todo en su zona de Champagne (Taittinger), ostras y caviar. Y también
unos buenos callos a la madrileña.
Tiene un rincón donde nos
encontramos la barra de coctelería, visita obligada tras una buena comida en el
salón superior y con una extensa carta de destilados.
Si tienes suerte como
Begoña Novillo y yo, te puedes encontrar tras el almuerzo con Antonio Cosmen de La Cruz Blanca Vallecas y
tener una sobremesa de las que hacen época hablando de nuestra gastronomía.
En el primer piso nos encontramos
con un sobrio y elegante salón que nos da la bienvenida. Aquí todo es como
los grandes restaurantes de antaño. Mesas con un perfecto mantel blanco , dispuesta a la perfección y donde nos reciben con una degustación de Jamón Ibérico.
Nos ponemos en manos del chef que
comienza con unas croquetas de pringá diganas
de la mejor venta de Jerez y una Carpaccio de Bacalao. Es verdad que un par de
trozos eran un poco gruesos, pero la calidad del producto lo compensó.
Seguimos con unas Alcachofas
confitadas con Jamón. Soy una fan de las alcachofas y más cuando se convierten
en un delicado bocado, como es el caso.
En cuanto a los Huevos Rotos con
aceite de trufa y zamburiñas es una buena apuesta por el contraste, aunque le
quitaría ese aceite para ponerle unas lascas de trufa, (no soy partidaria de
este tipo de aceite aromatizado, aunque al resto de la mesa sí le agradó).
Plato principal: Bacalao a la
Vizcaína. Excelente tanto por la calidad del pescado (ya lo mencioné arriba con
el carpaccio), como por la salsa perfectamente ligada. Uno de los mejores que
he comido, y por el que volvería una y otra vez a La Clave.
Entrecote con patatas fritas
(caseras) y pimientos del piquillo y un Arroz con leche fueron la traca final
para este menú tradicional. Todo acompañado de una botella de Carmelo Rodero.
Su carta de vinos es amplia pero
demasiado clásica. Nuestra Nariz de Oro, Jesús Flores se está encargando de
darle una vuelta y no dudo que hará un extraordinario trabajo ofreciendo vinos
de nueva elaboración que siempre hay que tener en cuenta.
Destaco también el servicio
atento y profesional del equipo de sala, pendiente en todo momento de las
necesidades y realizando su trabajo con una gran maestría. Cómo se echan de menos
ese tipo de camareros.
En definitiva, nuestra cocina más
tradicional es la base de esta nueva apuesta donde degustar platos tan típicos
como una fabada, cocido madrileño, pollo de corral en pepitoria, arroces ,
carnes y pescados en la forma que siempre los hemos comido. ¡Viva el chup-chup!
¡Enhorabuena por la apuesta y
mucha suerte!
Ticket medio:45-50 €
Dispone de menú denominado Gastro
Selección donde se puede elegir entre dos entrantes de entre seis y un segundo
entre tres por 30 € (incluye pan, bebida y postre)
Restaurante La Clave
C/Velázquez 22
Tf 910 53 20 31
No hay comentarios:
Publicar un comentario